Nos (os) gusta hablar mal de la Transición en España, ese periodo que vivimos algunos, ya cada vez menos, y que vino tras la muerte del Dictador, aunque unos años antes ya empezamos a configurar la manera de podernos ir reuniendo para saber qué se podía hacer. Sí, nos reuníamos en Parroquias, en los pinares, etc.
Éramos unos críos, hablo de 1970, hace 55 años, así que sí, si es que todavía podemos escribir y vivimos aquellos años, es porque éramos unos críos y ahora somos setentones.
Se es injusto con aquellas personas, reclamando lo que se intentó y no se logró hacer.
Nadie se rindió por la cara bonita, aquellos años fueron duros y murieron suficientes estudiantes y trabajadores por media España en aquellos años, simplemente por pedir libertad o por reunirnos para pedirla.
Esta viñeta es de abril de 1977, de la revista Cuadernos para el Diálogo.
Esa era la visión que teníamos los jóvenes de entonces.
Quiero recordar que por aquellos años, en Zaragoza por poner un ejemplo, te lanzaban la caballería de la Policía Armada, por detrás y al galope contra manifestaciones por la calle Alfonso por poner un ejemplo, para meter miedo, atropellar a quien se cayera al suelo, golpearlo.
Y curiosamente iba detrás de la caballería, sí de caballos de verdad, un autobús que iba recogiendo a los que portaran jersey rojo entre los críos asustados y a veces ya apaleados.
Era una manera de dar hostias a voleo. Eso y estar en las puertas de los hospitales por si ibas a urgencias con golpes en la espalda y en las piernas, para detenerte. Entretenido, sí. No nos aburríamos, eso seguro.