12.3.23

Anuncio Bobadilla 103 de los años 50


La apertura de la economía española tras la Guerra Civil trató enseguida de aumentar el consumo de productos españoles como manera defensiva contra los bloqueos económicos de Europa. Así que a partir de los años 50 enseguida se volvió a fabricar y con mayores controles y calidades bebidas alcohólicas españolas con marcas propias y anuncios que ayudaran a volver a conocer marcas y productos que ya estaban en nuestros mercados.

La Bodega Bobadilla se abrió en el año 1882 en Jerez y una de sus marcas más conocidas es el Brandy 103 que tiene un origen histórico pues hace referencia a los 103 días de navegación, sin pisar tierra firme, que llevaron a cabo Juan Sebastián Elcano y Fernando de Magallanes en el siglo XVI dando la vuelta al mundo, denominación que sirve como homenaje al trabajo y la fuerza de estos dos navegantes españoles.

El brandy Bobadilla 103 nació ocho años después del primer brandy español, Fundador, que nació en 1874 también en Jerez y de forma casual.


Humor religioso y de sexo de 1996


En el humor de 1996 cabían muchas más cosas que en este 2023. Casi nadie se sentía ofendido por nombrar sus diferencias, por hablar de ciertos asuntos y temas que ahora parecen totalmente separados del cinismo. No es censura aunque lo parezca, es más bien auto censura para no salir trasquilado de críticas.

Bien, admitimos que gran parte del humor de los años 70 y 80 del Siglo Viejo hoy es impensable. Pero nadie asegura —si lo piensa de verdad— que no vuelva ese tipo de humor, y que nos lo tomemos con más sentido del humor y no como insultos. Nunca se sabe qué vuelve, qué desaparece, qué se nos escapa.

La viñeta la publicó El Jueves en 1996 y es del dibujante Manel Fontdevila


Hace tres años comenzó el Siglo XXI


Han pasado ya tres años del inicio brutal de la pandemia del COVID-19 en el mundo que sabe y quiso contar fallecidos. Muchos tiempo aunque no lo parezca, tiempo histórico aunque ahora casi no lo contemplemos así. 

Enseguida se nos olvidan aquellas Ruedas de Prensa con los máximos militares en la España que estaba aturdida. Y los documentos de cada día sumando contagiados en cada territorio, o los gráficos espectaculares con el aumento de los contagios en todo el mundo.

Ya no recordamos, no queremos recordar que nos tuvimos que quedar en casa, que no podíamos salir a la calle más que en contadas ocasiones, que no se podía ir a trabajar, que ir a comprar se hacía de uno en uno.

Ha pasado mucho tiempo, yes ahora cuando realmente estamos viendo las consecuencias de aquellos tiempos, incluso de aquellos errores. Aumento contundente de problemas psicológicos, más en ciertas edades. Revolución económica agravada con la invasión de Ucrania por Rusia, desbarajuste de lo que entonces creíamos incontestable en las economías mundiales con IPC o Deudas Públicas sin controlar, etc.

El mundo de este 2023 es diferente al de 2020 por muchos motivos, y no hemos podido ni evitarlo ni analizarlo bien. Simplemente lo tenemos que ir soportando como la pérdida de calidad en muchos servicios públicos esenciales, o la pérdida de miles de vida humanas de personas mayores que en muchos casos murieron desasistidas y solas.

Tal vez todo esto si en marzo de 202 hubiéramos sospechado que iba a durar al menos tres años, lo hubiéramos acompañado de la seguridad de que nos serviría para aprender a vivir mejor. No ha sido así, lo que demuestra lo imbéciles que somos. 

Solo queremos olvidar, no deseamos recapacitar sobre lo que nos ha sucedido, y además es cierto, la sociedad tenemos una capacidad curiosa de olvidar lo negativo que es más rápida que la de aprender de lo acontecido.

Seguimos sin saber con seguridad si todo comenzó en China, no sabemos el motivo de ese inicio del contagio global, tampoco hemos encontrado cura y si acaso unas vacunaciones irregulares, no sabemos el número real de contagiados a nivel mundial y menos el de los muertos en muchos países pues ni los que presumen de buenos datos han transmitido toda la verdad, aprendiendo a contar muertos según conveniencia.

No hay ninguna garantía de que algo similar no vuelva a producirse, pero sí al menos nos hemos dado cuenta de que la Globalización si es en exceso es una equivocación brutal para las economías capitalistas que no saben medir consecuencias en periodos de crisis. Pero hemos asimilado, que no queremos aprender, que no queremos cambiar nada.